Perdido.

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Le echo la culpa a mis lagañas por la pesadez de mis ojos,
Las ojeras cargan todas las esperanzas y sensibilizarlas de algún modo.
Mis manos tan nerviosas, tan agitadas que me dan miedo.
Mis sueños, mis ilusiones tan perdidas tatuadas en cada hueso.
Penalizado de lo que quiero y sediento de lo que tengo;
Como ellas, estoy tan perdido que en vano es todo lo que hago.
Sesenta y cuatro minutos de los que cuento y no me bastan ni una aspirada de las que llevo.
Noventa y nueve problemas como regulan todos y un responsable de todo esto.

Algo no me apetece y ése lo tengo muy enfrente.
Iluso tan revuelto sin destino y sudando la frente.
Camino hacia la puerta desconociendo en cómo lo logro;
Niebla en mi vista y nubes en el piso, descalzo y sin poder sentirlo.
Cortando mi vida es algo que me sale demasiado bien.
No te necesito pero sino estas créeme que no tiene sentido.
Nada por el estilo, soy el responsable de mi destino
Y siempre en un rincón solo y arrepentido de mis actos.

Estoy perdido.

— Hey, ¿Qué te pasa? ¿Estas bien? ¿Por qué no abrías?
— Estoy bien.
— Mírate ¿Qué te hiciste? Me da miedo tu aspecto, viejo. Estás muy frío.
— ...
— Abrazame, amigo.
— ...
— ...
— ...