lunes, 7 de octubre de 2013

Pensamientos de Natalia.


‘Silencio. Mis pensamientos están hablando.’

Natalia es una joven con una vida sentimental algo voluble, tanto como una montaña rusa. La relación que llevaba con Alan era la que todo mundo soñaba con tener. No eran sólo novios; eran amigos, confidentes, consejeros. Ambos lo tenían todo como pareja.

El tiempo cambió a Alan. Todo se vino abajo. Natalia no sabía qué hacer con su vida. Todo iba de mal en peor. Nuevas personas aparecen en su vida,

Natalia cambiará, para bien o para mal. Ella dejará de ser la misma.

Natalia solo quiere algo de tranquilidad, quiere su vida de vuelta.

Ella se desahoga escribiendo sus pensamientos en cartas que nunca entregará, ella escribe sus días y sus noches en estas hojas. Es su alma la que está plasmada en ellas.

Ten cuidado.

Bienvenido a los pensamientos de Natalia.




Carta 1
Recuerdo perfectamente ése día, estabas sentado en tu banco. Fue tu singularidad la que llamó mi atención, ésa que también me enamoró, fue por eso que todo comenzó.

Pasó más de un año y me pediste que estuviera junto a ti, nunca pensé sentirme así de feliz, disfruté cada instante contigo. No lo voy a negar, fui muy feliz. Nos prometimos una enorme cantidad de cosas, reímos como nunca, bailamos y jugamos. Pero todo tiene un fin, y eso era algo que yo me negaba a ver.

Pareciera que cambiaste de un día a otro, de repente no te conocía, me era imposible ignorar tus cambios, te volviste un extraño para mí. No podía creer que el que se había convertido en mi mejor amigo ya no era el mismo.

No me di cuenta de que todo comenzó en aquella fiesta de Noviembre, a partir de ahí todo cambió, tú cambiaste. Pasaron meses y las cosas empeoraron. Me empecé a cansar de perdonarte, de hacer como que no me importaba, de no enojarme, de llorar en silencio, sólo me cansé. No te importaba mi opinión, pero al menos veía que tú estabas feliz disfrutando. Sólo por eso callé por tanto tiempo.

Un día me di cuenta de que me estaba ridiculizando, me di cuenta de que me sentías segura. Hable contigo, te asustaste, me prometiste que cambiarías, que te perdonara y que olvidara todo.

‘Olvidar’… creo que es la palabra más ridícula del mundo, me enojo que pensaras que lo podía hacer, ¡Ah claro! Tú no pasaste por lo mismo. Lloramos juntos, y no era la primera vez, me rogaste una oportunidad más, después me buscaste, y con mucha seguridad dijiste que lo superaríamos juntos. En ese momento, te dije que no eras el único que cambió en ese tiempo, te dije que no volvería a soportar una vergüenza más.

No creas que fue fácil, para nada. Decirle ‘adiós’ a una parte de mi vida, a mi mejor amigo. Te sufrí y te lloré como a nadie.

¿Sabes por qué soporté tanto? Porque ya no estaba enamorada de ti, sino del recuerdo. Seguía aferrada al pasado, creía que volverías en cualquier momento, pero después de nuestra separación, me di cuenta que no regresarías.

Quise que fueras feliz… que encontraras a alguien más que te pudiera aceptar tal como eres. Que no se enojara contigo, que disfrutara al lado tuyo.

Por favor sonríe, no hagas que me arrepienta de todo esto.



Carta 2

Invierno de aquel año

Ya paso un mes, muy difícil para mí, ¿lo fue para ti?

Pasé por una situación un poco delicada, me gustaría haberte contado todo pero sé que no era correcto. Tengo esas ganas de hablarte aquí atoradas entre mis dedos, sólo quiero escribirte y desahogarme, pero veo que tú estás aprendiendo a disfrutar sin mí. Después de todo, creo que debo comenzar a hacer lo mismo. Conocí a alguien, no es muy interesante o divertido como tú pero me… espera, tengo que dejar de hacer eso. Lo siento, la costumbre…

En fin, supe que estás con alguien, y por lo que me enteré la quieres mucho, que bien que tú si pudiste lograr lo que no pude yo en este corto tiempo.

Mi vida se está yendo para abajo, parece que todos los días son grises, no me ha ido bien en muchas cosas. Sentía que todo estaba perdido.

Caminé por esa calle sin motivo alguno, mirando hacia mis pies como se movían mientras avanzaba, levanté mi cabeza, creí por unos momentos que sólo era una ilusión, después me dijiste 'hola' con ese singular tono y ahí estabas... En realidad eras tú.

La plática marchaba como cualquier otra; temas viejos, risas incontrolables, miradas confusas. Estabas regresando, no lo podía creer.

Cómo me encantó ésa semana. Creo que era momento de decirte todo lo que llevaba dentro, y arreglar las cosas. Volver a intentar.

Un día volvimos a encontrarnos por casualidad, después de pensar las cosas estaba decidida en decirte todo, comencé a hablar. Actuaste indiferente, algunas palabras tuyas cortaban como navajas recién afiladas. No sé qué pasó. Creo que volví a cometer un error.

Ahora es primavera.

Pasaron meses para que tú yo volviéramos a cruzar palabra. Sólo fue un casual ‘Hola’ cuando nos cruzamos por ese pasillo. En tu mirada no se mostraba interés alguno. Te vi junto a ella. De nuevo esas navajas afiladas.

Me rendí. Creo que enserio es momento de dejarte ir…


Carta 3

Aquella persona vacía que ocupa mi lugar.

De repente la tristeza se fue, al fin todo acabó. No me quedaba nada más que superarlo.

Mi vida dejó de ser deprimente y pasó a ser vacía. Conocía personas que solo lograban una distracción, todas pasaban de largo. Ninguna se quedaba.

Parecía que todo chico que entraba a mi vida no era suficiente o no me sentía cómoda y mi actitud terminaba alejándolos de mí. Inconscientemente comencé a alejar a las personas que mostraban afecto hacía mi.

La indiferencia empezó a invadirme. Trataba de que no fuera así, no me gustó en lo que me había convertido.

No quería a nadie conmigo, tenía miedo, miedo a volver a pasar por lo mismo.

Trataba de que todos los días estuviera en mi cara dibujada una falsa sonrisa, lo último que quería en ese momento era el bombardeo de preguntas. No quería el consuelo o la lástima de alguien, yo podía sola con todo. No caería, esta vez no.

Los días pasaban y por obvias razones no sentía cambio con respecto a mi actitud, al contrario, cada vez empeoraba.

Las parejas felices y cariñosas me enfermaban, no toleraba nada.

Alejarme de todo me reconfortaba, me sentía un poco más libre y feliz, hacer mis cosas, concentrarme en mí. Solo en mí y en nadie más.

Intentaba evitar las situaciones incomodas, evitarlo a él y a ella.

Ella, ésa persona. ¿Qué tendrá de especial? A simple vista los dos son muy compatibles, les gusta lo mismo. Veo que son felices.

Tal vez será mejor que me quede así. Debo de callar mi coraje. Necesito dejar estos pensamientos egoístas y aceptar que él ya es feliz.

Caí en la razón.

Después de varios meses, esa indiferencia a la vida empezó a desaparecer. Ya me había cansado de fingir. Aunque a pesar de eso, mi vida seguía vacía.

Todo empezó a fluir de nuevo, las cosas empezaron a mejorar, mi sonrisa ya no se veía tan falsa.

Caí en la razón de que era una persona dependiente a una relación sentimental. Necesitaba estar con alguien para sentirme bien, era de suponerse algo así en mí. Después de tanto tiempo al lado de alguien, el estar sola era algo nuevo y extraño para mí. Pero a pesar de eso, no encontraba con quien pasar mi tiempo, nadie lograba llamar mi atención. Tal vez sea una señal de darme un tiempo solo y exclusivo para mí. Tener la mente abierta a nuevas cosas y ver que me tiene preparado ese famoso ‘destino’.


Carta 4

Otoño.

La noche era fría, entre sombras y todas esas personas, lo vi. Me atrapó en un solo un segundo. Se acercó. ‘Diego, mucho gusto’

Conversamos un rato, risas, bromas, miradas confusas, la música sonaba fuerte.

Me invitó a salir.

Aquel día que nos vimos afuera de ése café, fue único. Una plática larga con grandes sonrisas y ruidosas carcajadas. (¿Qué fue eso? Ah, esas incómodas mariposas. )

Pasaron meses y no perdí el contacto con él. Cita tras cita. Sonrisa tras sonrisa. Esto me está gustando, eso de ser feliz lo había olvidado.

(¿Qué me pasa? No, de nuevo no. Confías ciegamente otra vez, ¿Acaso quiero pasar por lo mismo otra vez? No. Quizás, sea mejor alejarme. O, ¿Debería arriesgarme? No lo sé.)

Otra cita con él. Me besó. Increíble, esto no había pasado antes.

Me arriesgaré.

De nuevo invierno, los días pasaban rápido. La sonrisa no se apartaba de mi rostro. Estaba siendo feliz de nuevo.

Él era increíble; deportista, alegre, sabía tocar muy bien es guitarra vieja guardada en su recamara, ojos oscuros, bellos y profundos como la noche, piel bronceada y tersa. Tenía una manera especial de escuchar mis problemas, no sólo me miraba y asentía con la cabeza. Él realmente me entendía.



15 de enero.

¡Demonios! De nuevo tú. Llamadas pérdidas, correos no leídos, mensajes sin contestar. ¿Puedes dejarme en paz? ¡No me hables! ¡No me busques! ¡No pretendas que nada pasó y puedo perdonarte en cualquier momento! ¡YA NO! ¿Qué no puedes dejarme ser feliz junto a él? Por favor, sólo déjame en paz.

Te cruzaste en nuestro camino aquel 4 de febrero. Me saludaste y pretendiste ser alguien sin importancia, un simple amigo. Lo miraste de pies a cabeza ‘¿Qué puede tener el que no tenga yo?’ Puedo asegurar que pensaste eso. Lo mismo pensé cuando la vi a ella.

¿Qué no te bastó arruinar nuestra relación? Ahora vienes y te metes entre nosotros dos. ¡Largo! ¡No quiero volver a creer en ti!

Día tras día tus llamadas me bombardeaban. Dices que quieres lo mejor para mí. Si es verdad eso, déjame ser feliz junto a él.

Dejaste de ser mi mejor opción hace ya mucho tiempo…

Ahora él está conmigo, él es que me provoca las sonrisas, él me escucha, él me abraza, a él es a quien beso ahora. No puedes tomar su lugar.



Abril.

Pasaron meses, no volvió a llamar. Excelente, no quiero volver a saber nada de él.

Desapareció.



Carta 5

Esa carta en mi puerta.

6:15 a.m. 26 de Abril.

Día lluvioso. Común en esta temporada.

Levanté ése sobre que estaba recargado en la puerta de mi casa.

Tu primer amor’

Lo abrí y comencé a leer:

Natalia:

Lamento lo que pasó entre nosotros hace tiempo. Perdóname por defraudarte, por romper cada promesa que hice. Desearía volver y enmendar todos los daños que he causado.

Mi más grande error: Alejarme de ti.

Me duele verte tan feliz. Me mata verte junto a él. Todo por mi estupidez.

¿Qué puedo reclamar? Si fui yo el que cometió el error. Fui yo quien decidió estar con alguien más. Fui yo quien te ignoró cuando intentaste arreglarlo todo.

¿Recuerdas aquel día lluvioso en ése parque? 17 años, abril, parados debajo de ése árbol. ‘¿Te casarías conmigo?’ te quedaste congelada. Sonreí y solté una pequeña carcajada. Empezaste a llorar, y entre lagrimas dijiste ‘Si.’

Ahora me alejo. No planeo volver a insistir más. No quiero arruinar de nuevo esa hermosa sonrisa. Me iré muy lejos de ti.

Te soltaré. Te dejaré ser feliz.

No olvides todo lo bueno que pasamos, perdóname por lo malo, sé feliz y nunca te olvides de mí.

Aunque no lo creas, yo aun te sigo amando.

Tu primer amor

Alan.’


Una lágrima corrió por mi cara. ¡Qué bien, no sabré nada más de él!

Doblé la carta y salí a correr.

10:28 a.m.

Diego tocó a mi puerta. Todo siguió normal.
Pasó un año.

Y él, como prometió en ésa carta. No volvió a cruzarse por mi camino. No supe nada de él.

Diego sigue conmigo. Soy feliz. Nunca había sido tan feliz desde… (por Dios, no compares Natalia, no de nuevo.)

Algunas noches me alejo de todos, me siento a leer ésa carta. Fue lo último que supe de él.

(¿Qué me pasa? Yo soy feliz, ¿Para qué arruinar todo esto? Enserio, creo que soy feliz.)


Carta 6

Terminé con él.

No podía seguir engañándome. Sólo estaba aparentando. Era feliz, pero no como quería, no con quien quería. No planeaba regresar a ser la solitaria y amargada. Quiero crecer como persona. Dejar de ser dependiente.

8 meses después…

Escuela, trabajo, casa. Escuela, trabajo, casa. Mi rutina diaria.

Mi única compañía, mi pequeño Beagle, ese perro es la alegría de mis días. No soy solitaria, sólo soy reservada.

Cómo quisiera verlo. Su última carta la repaso en mi mente día y noche. Enserio estaba arrepentido. Aún así no planeo buscarlo. Perdoné, pero no olvidé.

Frías son las noches. Todas son iguales. Parece que nada cambiara. Nada volverá a ser lo mismo.

Todo parecía ir bien. Todo estaba bien.

14 de Noviembre. 7:08 a.m.

Otra carta.

‘Solo no me olvides. Tú estás presente en todo lo que hago. Me mata no poder estar junto a ti.

Alan.’


Fue solo una nota. Volvió a desaparecer.

Cobarde. No muestra la cara. Sólo se oculta detrás de esas hojas.

¿Por qué no toca la puerta y espera a que salga? ¿Por qué no quiere verme y aclarar todo?



Carta 7

Lo odio. No quiero ver otra carta en mi puerta.

Salí a correr.

Lo vi. Sentado en una banca. Me congelé. ‘Mierda, es él.

¿Pasar de largo? ¿Hablarle?

Como aquella primera vez. Mi piel se erizó. Muchas cosas pasaron por mi mente en ese momento. Empecé a recordar todo. Nuestro primer ‘Hola’, Aquel primer beso en la sala de cine. Mi mano temblando mientras la sostenía. Aquel día que me pregunto ‘¿Quieres ser mía?’.

Años, en ese momento fueron solo segundos.

Volteo. Esa mirada. La que un día fue como horribles navajas afiladas. Recordé el motivo del porqué me había alejado.

Estúpidos recuerdos. Estúpidos cambios. Estúpido tiempo que me obliga a hacer todo esto. Estúpido Alan que no sale de mi cabeza…

Se levanto. Tomo mi mano. Me besó.

Nada más importo en ese momento.


Carta 8.

Alan.

Deseaba tanto el poder tenerlo. Tanto que ahora que lo tengo, creo que no significa nada.

Al fin entendí.

Yo no estoy enamorada de él.

Me aferré a un recuerdo, él hizo lo mismo.

Hable con él y le hice entender que esto no estaba bien. Yo pretendía creer que él era el mismo del que me enamoré alguna vez.

Los años pasan, la gente cambia, algunos para bien o para mal. Pero Alan ya no era lo que yo buscaba. Él cambió, yo también.

El no saber esto no me permitía avanzar.

Dejarlo ir. Esta vez para siempre. Puedo hacerlo y lo haré.

Dejar ir aquella relación adolescente. Superar y avanzar. Conocer y probar.

La vida está llena de nuevas experiencias y errores por cometer.

Creo que es momento de seguir.



¿Quién sabe…? Tal vez al final puedo llegar a ser realmente feliz.


Escrito por Tree.
Verde Translúcido.

2 comentarios:

  1. Fuck you. Yo quería que estuvieran juntos o que se quedará con el del principio. ASH. Jajajajaja nombre te pasaste buenísimo, lleno de razón. Fuck.

    ResponderEliminar