jueves, 16 de mayo de 2013

Días así.

El amante dichoso de su seguridad y valentía ante cualquier circunstancia en su amor puro sonreía y emergía la necesidad de eso que le faltaba. Su presencia.

La vida no da mas que frutos a quienes aprovechan de ella.
A veces le dan malas mordidas al fruto y piden tregua.
Había días en los que era corta la definición dicha bella.
Y los buscadores de esos días no vivían y solo menguaban.
Pero había días en los que solamente existía una esencia.
Divina y poderosa del cual consistía de una sola vivencia.
En un mundo tan grande y llamativo sobresalía su silueta.
Trato de expresarla, asombrosa mujer que poco cabe en este poema.
La consideraba creadora de lo bello y único de todo lo que existe.
Claro ésta, ella es bella y única, y para mi, le da sentido a todo aquello que vive.

Días como este no se repiten y tu aliento que roza con mi oreja emociona.
No late un corazón mas que otro, latimos por igual y eso impresiona.
Brindas tu calor de una manera tan simple agarrando mi mano y no la sueltas.
Acaricias mi alma completa y con la mirada perdida no dejamos de dar vueltas.
Y días así en los que nuestros ojos son más cafés que la presencia misma.
Brillaban con intensidad que cegaba y reflejaba lo que nos tenia predestinado la vida.

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