martes, 19 de febrero de 2013

Sueño marginado.

Plaza altabrisa, solo que no era del todo, la misma plaza altabrisa.
Todas, absolutamente, todas la paredes se tornaron blancas, surgió una atmósfera tranquila, llegando al nivel de aburrimiento, limpio, como un museo.
Inclusive, solo podía ver los establecimientos a travez de cristales, como eso, exhibiciones de museos olvidados.
El café que suelo frecuentar, se convirtió en una gran cafebrería de élite. con unas cuantas personas dentro, personas que aparentaban lo que no eran.
Vagué por la plaza, hasta toparme con ex compañeros de la preparatoria,que no me sorprendió quizás quedé con ellos , y para por fin poner emoción al asunto y el cimiento de toda la historia; mi ex novia.
Pude sentir como el subconsciente se me llenaba de tristeza, impotencia, de odio hacia mí mismo.
Me saludó a como siempre lo hace en la vida real, me trató igual, como un excelente ser humano, nada standar.
Siguió su camino, por donde nosotros también iríamos.
Empecé a enfermar.
Tratando de no pensar en ella, me alejé del grupo.
Caminando, a la mitad de la plaza, encontré a una conocida, que en la vida real, apenas nos conocemos.
Platicamos, nos desesperamos, coqueteamos y nos besamos.
Con cada beso, me sentía peor, se me iba cerrando más la garganta, me abrazaba aún con más fuerza, quería vomitar.
Me alejé de ella, y volvió a su trabajo. Como la robot que era.
Camine por donde había llegado, hasta encontrarlos, la manada.
Cuando me uní a ellos, empezaron a caminar otra vez, nos acercábamos a una parte totalmente inexistente a la de la vida real.
El camino se tornaba empinado, subimos a una plataforma circular, con un árbol en medio, un poco de pasto al rededor de él.
Todos se sentaron, cuando voltee a verla, estaba sentada al lado de los chicos, con una cámara fotográfica instantánea profesional en las manos, como si no supiese usarla.
Comenzó su sesión fotográfica.
A mis ex compañeros, a las paredes blancas, a la gente que pasaba, que nos miraban y se sentaban queriendo ser parte de un sueño.
Al final me enfocó.
Giré rápido la cabeza, tratando de ignorarla.
Escuche el "click".Se paro y caminó hacia mi por detrás, se agacho, pude sentir como las puntas de su cabello me picaban la oreja derecha y parte del cuello, sentir su fragancia, nada de perfumes, su fragancia natural.
-"Mira"
Sacó una fotografía, supongo, la que me había tomado.
Era una foto color sepia.
La escena trataba de una ardilla en lo que parecía ser un parque.
Aun no recuerdo si salía en la foto, es lo más seguro.Le respondí con un ademan de aceptación con la cabeza, muy hostil.
Se guardó la foto en su bolso.
Cuando se levantó, me invadió una desesperación, como muy pocas veces lo había sentido, (todas en sueños por cierto), un sentimiento de terror, me giré bruscamente.
Ella tenía que saber, saber que a pesar de mi edad, sabía lo que era amar, amarla.
Cuando voltee, se encontraba caminando a paso rápido, ya a la mitad de la plaza.
De lo único en todo ese mar de sentimientos. de lo que estaba cien por ciento seguro, era que, se encontraba feliz, serena.
Me dolía el estomago de recordar lo que había dejado ir.
Tengo que correr tras de ella, salvarla de convertirse en mi.
Eso jamás
Desperté de golpe, mirando la intersección de la pared y el techo, perceptiblemente blancas, con la poca luz que se reflejaba del poste de luz.
Me sentía peor que en el sueño.
Tenía un dolor extremo en el estomago, como si no hubiera comido en días.
Salí a pasos largos de la habitación.
Agarré mis cigarros, el encendedor de la cocina y fumé como si no hubiera un mañana.Se filtraba una luz tenue por una rendija, más bien, una pequeña ventana.Me trepé al inodoro y asomé la cabeza y una mano con un tabaco a la mitad.
Lo primero que vi fue a una ardilla correteando a otra por los cables de la luz, los perdí cuando treparon de un salto al árbol de mango de los vecinos.
La brisa fría de la madrugada son de las cosas que más amo en la vida, sobre todo cuando tengo cigarros conmigo, el frió podía confortarme, al poder compararse con mi frió interior, causa del temor, melancolía.
Un escalofrió alargado, por horas.
Ahora tengo que regresar a la cama.
No quiero preocuparla, sé que la desperté al salir casi corriendo de la habitación.
Regreso a dormir con la mujer que no amo.
Regreso a dormir.
Aún puedo alcanzarla y corregirme, podemos hacer nuestra historia.
Con la mujer de mis sueños.

Hecho por Ragamuffin.

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